CIUDAD PANAMA.- Los delanteros viven de los goles, es la energía que los fortalece y los eleva al podio de la admiración eterna y ese es el caso de Rolando Blackburn, jugador de la Selección de Panamá.
Con 31 años, el atacante nacido en en San Joaquín, Ciudad de Panamá vive un romance con las redes que tienen a la selección de su país en una fiera pelea por asegurar un cupo a lo que sería su segunda Copa Mundial de la FIFA y la primera para el delantero que estuvo ausente en Rusia 2018.
La desgracia de uno, la dicha del otro
El covid-19 ha cambiado muchas vidas y en el caso de Blackburn le abrió una puerta por la que había estado luchando por alcanzar. El contagio del virus de Cecilio Waterman hizo que sus planes cambiaran, el artillero se encontraba jugando en Bolivia cuando recibió la convocatoria de la Selección de Panamá para jugar la pasada Copa Oro.
“Nada pasa por casualidad y acá estoy”, dice sonriente e ilusionado por lo que viene para su Selección. El delantero ha disputado cuatro ediciones de la Copa Oro de la Concacaf logrando el subcampeonato además de un tercer lugar (2013 y 2015).
Acostumbrado a tener la maleta lista, no lo dudó y tomó el primer vuelo para llegar a Estados Unidos en donde se integró al grupo. Su presentación llenó la retina del entrenador danés Thomas Christiansen y desde ese día forma parte de su proyecto que tiene como fin clasificar al Mundial de la FIFA Qatar 2022.
Esta es la tercera clasificatoria a un Mundial que disputa, y aunque para Brasil 2014 considera que era un jugador joven, aprendió mucho y nunca podrá olvidar esa experiencia. La de Rusia 2018, le dejó un golpe muy fuerte, porque no integró la nómina final del combinado y no asistió a la Copa y, ahora a Qatar 2022 quiere que sea la definitiva para estar en una cita mundialista.
“La constancia, la Fe en Dios y el trabajo dedicado me abrieron las puertas. Luché mucho por tener esta oportunidad y no la quiero desaprovechar. Creo que antes no me había llamado (Christiansen) porque no me había visto jugar, pero ahora debo demostrar que puedo ser parte del equipo”, asegura Rolando desde la concentración de su selección, que se prepara para jugar tres partidos del clasificatorio de la Concacaf, ante El Salvador, Estados Unidos y Canadá.
“Han sido tres clasificatorias muy distintas, rumbo a Brasil era joven y era el chico que disfrutaba estar en la Selección, a Rusia, por decisiones técnicas quedé fuera, pero eso ya pasó y ahora quiero escribir mi propia historia”, confiesa.
“El mejor momento”
Blackburn tenía 19 años cuando debutó con la Selección Mayor de Panamá, en ese entonces el entrenador era Gary Stempel, y lo hizo en un partido amistoso frente a Honduras, en el estadio Olímpico Metropolitano en San Pedro Sula. Ahí comenzó la historia que ahora empieza a disfrutar más.
Su primer gol fue en la clasificatoria rumbo al Mundial de la FIFA Brasil 2014. Fue el 15 de noviembre del 2011 frente a Dominica, en esa eliminatoria también le marcó a Canadá, pero Panamá no logró el objetivo de llegar a la Copa del Mundo.
Ahora, en las clasificatorias para Qatar 2022, ya anotó en dos ocasiones, a Jamaica y México, en los tres partidos disputados. De ellos, el gol que más ha disfrutado es el que marcó el 9 de septiembre ante los mexicanos en el Estadio Rommel Fernández.
“Esa anotación fue muy especial, primero por el rival y segundo de la forma que se dio. Además, estábamos en casa y teníamos que conseguir un buen resultado”, dice Blackburn, quien se metió en medio de los centrales mexicanos para vencer al portero Guillermo Ochoa.
El tanto contra los caribeños fue con la cabeza y ahí, en la delantera estaba compartiendo con Cecilio Waterman, con quien ahora ha formado la dupla que necesita Panamá para buscar otra clasificación histórica a un mundial.
“Estoy pasando mi mejor momento con la Selección, aunque uno siempre quiere dar mucho más. Estamos ilusionados y con la fe intacta que se puede lograr el objetivo”, avisa el artillero, quien ha conseguido 10 goles con su selección (cuatro en eliminatorias).
Un hombre de familia
Aunque Blackburn nació en un barrio peligroso como es San Joaquín, en donde hay mucha violencia y en donde en algunas ocasiones no podía salir a entrenarse, aprovechó desde el primer momento que le dio el deporte. Erick Martínez, amigo de su papá lo llevó para que probara en el Tauro FC y desde ese día ha jugado en seis países (Guatemala, Eslovaquia, Costa Rica, Perú, Tailandia y Bolivia) además, de Panamá y ha militado en 9 clubes con los que ha ganado siete campeonatos.
Ha formado una familia junto a su esposa Yarkanis y sus tres hijos, Jahanis, Jared y Jadiel, y como un buen padre, cristiano evangélico, todos tienen nombres bíblicos, y se han convertido en su fortaleza para salir adelante. “Soy creyente y siempre me encomiendo a Dios”, reconoce el panameño, quien cada vez que celebra una anotación o termina un partido agradece al cielo.
Uno de los momentos más difíciles que ha vivido el delantero, fue el no poder haber dejado a su esposa embarazada y no estar el día que nació su hija, en el 2012 y conocerla hasta los tres meses, pues en ese momento jugaba para el FK Senica de Eslovaquia.
Por eso ahora aprovecha cada momento que está con ellos y se divierten jugando playstation, además de compartir con los compañeros. “Tengo muchos amigos que me ha regalado Dios y el futbol, de los cuales he aprendido mucho”, reconoce.
En este momento Blackburn milita en The Strongest de Bolivia, en su segunda etapa con ese club, con el que ha jugado Copa Libertadores, en donde ha sido uno de los mejores asistensistas en la fase de grupos.
En esta Fecha FIFA de octubre, Blackburn volverá a ser uno de los hombres de Christiansen que buscará la portería rival para seguir agradecido con las “casualidades” de la vida y de su perseverancia por alcanzar estar en la Selección.
