- Mario Acevedo guío al título a Santa Lucía Cotzumalgua en Guatemala y debutará en la Liga Concacaf 2021.
CIUDAD GUATEMALA.- Tenía cinco años cuando los padres de Mario Acevedo Ruiz, estratega del campeón de Guatemala, Santa Lucía Cotzumalguapa, decidieron dejar Nicaragua para poder continuar con sus estudios universitarios en otro país. Los problemas políticos hacía que fuera complicado seguir adelante, así que migraron a Guatemala para buscar una nueva vida.
Aunque cada año viajaba a su natal Managua, Mario Acevedo creció como guatemalteco, se formó futbolísticamente en ese país, aunque también representó a los nicaragüenses con su Selección Nacional.
El primer equipo que integró como jugador fue Municipal, en 1992, después de que lo descubriera Mariano Aguirre; dos años después, el mismo entrenador lo llevó a Comunicaciones en donde hizo su carrera como futbolista y técnico.
Aunque su paso como mediocampista lo hizo en los Cremas, después estuvo en equipos como Azucareros (ahora Santa Lucía), Escuintla, Aurora y Antigua GFC, en donde se retiró en el 2007.
Su camino siempre estuvo pintado de blanco
Mariano y Silvia, padres de Mario, lo tenían claro, el futbolista de los cuatro hijos, podía jugar pero también debía continuar sus estudios y fue así como obtuvo una licenciatura en Mercadeo, pero a la vez tomaba los cursos para entrenador.
El estratega de Santa Lucía recuerda que comenzó a trabajar como mercadólogo en una empresa privada, pero Comunicaciones le ofreció, en el 2010, hacerse cargo de la categoría Sub-17 y formar parte del grupo de entrenadores institucionales. “Decidí seguir sufriendo”, dice entre sonrisas.
Pero duró poco tiempo en las menores, pues en ese momento al equipo mayor lo dirigía Iván Franco Sopegno, compañero y amigo de muchas batallas. Por lo que comenzó a trabajar como asistente técnico del argentino.
Con Comunicaciones logró seis títulos como asistente. En el 2020 estaba a cargo de Cremas B (Primera División), pero llegó la oportunidad de dirigir en Liga Nacional (mayor), por lo que tomó el riesgo y junto a otro exjugador albo, Dwight Pezzarossi, con quien ya había trabajado en las menores, armaron el cuerpo técnico para lograr la permanencia con Santa Lucía.
“Lo único que me pidieron era permanecer en la mayor”, recuerdo Acevedo, quien llevó solo cuatro jugadores al plantel que ya estaba formado para poder hacer un buen campeonato, el Clausura 2021.
“Sabía que sería complicado por la situación del equipo. Empezamos a trabajar antes que todos (4 de enero) y me sorprendió que teníamos muchas cosas buenas, como las canchas de entrenamiento y la colaboración de todos para salir adelante”, dice el entrenador.
Recuerda que encontró un grupo de jugadores lastimado, con desconfianza, pero con muchos deseos de revancha, porque no les había ido bien en el campeonato anterior (Apertura 2020), en donde había terminado en la décima posición y solo habían sumado 16 puntos de 48 posibles.
Acevedo asegura que la clave para salir adelante fue combinar la exigencia en el trabajo y el buen trato a los jugadores. “Lo primero siempre son las personas”, reitera. En el campeonato quedaron en la fase de clasificación en la tercera posición y se lograron recuperar para evitar el descenso a la Primera División.
El estratega asegura que no se “casa” con una sola filosofía, que él busca el fútbol práctico y que para él lo más importante es “aprovechar los momentos del juego”, principalmente cuando enfrentó un torneo atípico, en el que considera hubo muchos partidos seguidos.
“Hubo un momento del campeonato que teníamos 10 jugadores fuera y la plantilla no era profunda, pero en la fase final sí logré contar con todo el equipo”, comenta.
Asegura que cuando ganó la serie frente a Cobán Imperial (cuartos de final), ahí supo que sería posible y que tenía plantel para ser campeón. “Ese equipo es muy duro. Es desequilibrante, rápido y ahí sabíamos que podríamos seguir adelante; frente a Guastatoya era parejo y Comunicaciones era el plantel que estaba por arriba de todos”, reconoce.
Una final sufrida
La serie de la final frente a los cremas fue intensa de principio a fin. En el juego de ida ganaron 4-0, en un partido que contó con afición, y en el de vuelta, aunque perdieron 5-2 (sin público), se coronaron campeones gracias a dos goles (minutos 90+2 y 90+3) en el cierre del encuentro.
Ese día antes del partido recuerda que con la última persona que habló fue con su padre, y antes de salir rumbo al estadio también lo hizo con su amigo y confidente Iván Sopegno, con quien dirigió a Comunicaciones y la Selección Nacional de Guatemala.
“Ese día le pedí a Dios diferente, le pedí mucho”, confiesa Acevedo, quien sabía que la final sería como todo el torneo, “muy sufrido”. Al finalizar el partido se abrazó y oró con sus jugadores. “Fuimos parte de un momento histórico”. El equipo logró retornar a Santa Lucía (a 100 kilómetros de la Ciudad Capital), pasadas las 4 de la mañana, en donde la población los esperaba para celebrar.
Mario Acevedo posa con el trofeo de Campeón en su primera experiencia como entrenador principal con el Santa Lucía Cotzumalgua.
Liga Concacaf, un nuevo reto
Santa Lucía jugará por primera vez la Liga Concacaf y aunque del equipo se fueron 11 futbolistas (6 titulares) porque los contrataron otros clubes como Comunicaciones, Municipal y Antigua GFC, su entrenador asegura que podrá conformar un plantel competitivo y aunque no llegan “grandes figuras”, sí jugadores entregados a su profesión y que dan un plus.
“La Concacaf es un nivel más competitivo y para ese campeonato debemos tener un equipo ordenado tácticamente”, asegura Acevedo, quien espera contar con un mayor apoyo para poder “dar la pelea”.
El campeón guatemalteco aún no sabe en dónde podrá jugar la Liga Concacaf pues su estadio no está autorizado para un torneo internacional, por lo que podría ser en el Pensativo de Antigua Guatemala, porque se adapta más a su estilo de juego y medidas de la cancha, o el Doroteo Guamuch Flores, pero eso es algo que aún deben definir. Este miércoles conocerá a su rival cuando se celebre el sorteo.
Mario Acevedo aprovecha estos días de unas vacaciones en Miami junto a sus hijos, con quienes disfruta de salir a pasear al aire libre, como al bosque, alguna montaña o la playa. “La naturaleza me da tranquilidad y alegría. Solo de verla podemos ver la mano de Dios”, confiesa.
El técnico del campeón guatemalteco sonríe y se ilusiona con el próximo torneo y la Concacaf. La pretemporada arrancará esta semana y aunque nunca podrá olvidar “el campeonato de ensueño”, ahora se enfocará en lo que viene para seguir disfrutando.