MIAMI, Florida - El partido por el tercer puesto de la Liga de Naciones de la Concacaf 2021 que se llevará a cabo este domingo en el Empower Field en Mile High en Denver, Colorado, verá a los rivales centroamericanos Costa Rica y Honduras enfrentarse en lo que debería ser un evento memorable.
Para los dos entrenadores involucrados, Fabián Coito de Honduras y Ronald González de Costa Rica, la presión que conlleva liderar a un equipo en esta rivalidad es algo que viven al máximo.
“Siempre es maravilloso estar involucrado en este tipo de partidos, por su historia o por lo que está en juego”, dijo Coito en una entrevista exclusiva con Concacaf.com
“Siempre hay una gran responsabilidad y una linda sensación. Por eso estamos en el fútbol. Siempre hay muchas cosas que suceden en torno a estos juegos, pero eso es parte de y los involucrados sabemos cómo vivir con eso”, agregó Coito.
“Como entrenador manejé contra Honduras en el nivel Sub-20 y Sub-23 y ahora en la selección mayor. Quiero disfrutar el partido, porque cuando dos buenos equipos se enfrentan con buenos jugadores y buenos entrenadores, uno crece como profesional”, dijo González a Concacaf.com
González también tuvo la distinción de ir contra Honduras como jugador con una actuación notable en las semifinales de la primera Copa Oro de la Concacaf en 1991, en un partido que terminó 2-0 a favor de los Catrachos.
El timonel de los Ticos notó la naturaleza feroz de la rivalidad, pero sin dejar a un lado el respeto que se tienen ambos conjuntos.
“Lo primero que me viene a la mente son todos los partidos que tuve como jugador contra Honduras y cómo los convertimos en el clásico centroamericano. Es una rivalidad deportiva muy fuerte. Es un partido muy difícil, muy emotivo, con mucho sacrificio. Siempre somos respetuosos con Honduras y sabemos que Honduras nos respeta”, dijo González.
Para Coito, la competencia del domingo también es una oportunidad para expandir el sólido desempeño que mostró su equipo en la estrecha derrota en semifinales del jueves ante Estados Unidos.
“Me gustó el orden y la aplicación de las ideas que teníamos contra un buen rival, y cómo eso nos abrió espacios y nos permitió tener ocasiones de gol. Si hubiéramos podido marcar goles, eso habría cambiado las cosas tácticamente, pero había convicción y fe en la idea y el carácter para sacar las cosas adelante”, concluyó Coito.