CLEVELAND, Ohio – Sólo tres años atrás, Paul Arriola era un joven hambriento de gloria de 21 años jugando de intercambio en la Liga MX con el Club Tijuana. El hombre nacido en San Diego estaba jugando en un nivel que llamó la atención del equipo nacional de Estados Unidos.
Arriola se desempeñó en varios equipos juveniles de su país, pero en mayo de 2016, hizo su debut en la selección mayor, convirtiendo un gol y haciendo una asistencia en su primera presentación.
Pasando al 2019, el ahora extremos del D.C. United es un integrante formidable del plantel de 23 futbolistas en esta Copa Oro 2019 de la Concacaf que tuvo más debutantes que jugadores con experiencia previa en torneos. Arriola fue parte del equipo de Estados Unidos de 2017 que ganó la Copa Oro en el Levi’s Stadium en Santa Clara, California.
Cuando le preguntaron sobre las diferencias entre ese momento y ahora, de juvenil a veterano, Arriola destacó dos palabras.
“Todo se trata de trabajo duro”, dijo Arriola en una entrevista exclusiva con Concacaf.com. “De Tijuana a D.C. United y con el equipo nacional, creo que finalmente me doy cuenta del jugador que soy, y entiendo cómo hacer que lo que tengo para ofrecer funcione”.
Desde sus comienzos, Arriola fue reconocido por su cambio de ritmo y regularidad. Con 1.67m de altura, a menudo fue probado físicamente por sus oponentes y tuvo que afinar su juego para encontrar el éxito.
“Puede que no sea el jugador más habilidoso o el más fuerte físicamente”, dijo Arriola, “pero cada vez que salgo al campo, déjame decirte, dejo todo como si fuera mi último partido”.
“Estoy orgulloso del jugador en el que he convertido, y estoy feliz de que me llamen veterano con el equipo nacional. Espero poder ayudar a los más jóvenes a aspirar más alto. Es un honor”.