Omar Browne, quiere seguir trascendiendo con Forge FC
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Omar Browne, quiere seguir trascendiendo con Forge FC

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HAMILTON, Canadá. – Para el panameño Omar Browne jugar en los torneos de clubes de Concacaf no es nada nuevo, pero ahora con el Forge FC de Canadá, tiene el deseo de seguir trascendiendo.

Browne, de 27 años, ha jugado tres partidos en la actual edición de la Liga Concacaf Scotiabank; logrando anotar un gol y aportando una asistencia. Aunque ya había participado en tres ocasiones con el Club Atlético Independiente de Panamá, con el que marcó en una ocasión frente al Deportivo Saprissa de Costa Rica en los cuartos de final del 2019.

Browne y el Forge FC están por primera vez en las semifinales de la Liga Concacaf Scotiabank donde se enfrentarán en el partido de ida al FC Motagua de Honduras el miércoles, un torneo al que el futbolista llama “Uno de mis favoritos. Cada vez lo disfruto más”, dice sonriente el jugador panameño.

El también seleccionado panameño de 1.75 metros de estatura confiesa que cada vez le toma más cariño a la Liga Concacaf y que estar en semifinales lo tiene motivado, además de haberse clasificado a la Liga de Campeones de la Concacaf Scotiabank por primera vez, en la que ha conseguido tres tantos, dos con el CAI y uno con el San Carlos de Costa Rica.

La vida ha hecho que Browne sea determinado y se entregue en cada etapa de su vida, ahora con el Forge FC confiesa que está viviendo un gran momento y aunque le costó integrarse por trámites migratorios, ahora pelea por ser uno de los titulares.

“Yo quería jugar y demostrar el nivel que tengo. Deseo dar lo mejor y sentirme bien con el equipo”, reconoce el jugador, quien dice que siempre ha admirado el fútbol de los futbolistas estadounidenses Michael Bradley y Jozy Altidore, ambos del Toronto FC, de la MLS.

“Uno los observa y piensa en todo lo que han logrado y el nivel que poseen. Eso se consigue jugando al mayor alto nivel”, asegura Browne, quien marcó su primer gol en la Liga Concacaf el 24 de septiembre del 2019 frente al Saprissa costarricense.

Para Browne, quien se ha desempeñado en su carrera desde contención, volante y delantero, que su equipo esté en semifinales le da una gran proyección de que la Liga Premier canadiense de fútbol puede pelear con los planteles del área.

Omar Browne celebra con sus compañeros de equipo después de anotar el primer gol de Forge FC contra Santos de Guápiles en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga Concacaf Scotiabank el 2 de noviembre, 2021.

Omar Browne celebra con sus compañeros de equipo después de anotar el primer gol de Forge FC contra Santos de Guápiles en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga Concacaf Scotiabank el 2 de noviembre, 2021.

Golazo de Browne contra Santos de Guápiles

Luchador desde el nacimiento

El 3 de mayo de 1994 nació Omar en Ciudad de Panamá, desde ese día creció un vínculo indestructible con su padre, Omar, quien ha sido su mayor fortaleza durante sus 27 años que lo impulsa para buscar superar sus metas. A su madre la conoció a los 6 años y no tienen ninguna relación cercana.

Creció en el barrio El Chorrillo en donde se pueden tomar distintos caminos, todo depende qué desee, pero el jugador panameño prefirió el balón que las pandillas. “Desde pequeño escuchaba el sonido de las balas, pero me decidí por el fútbol que meterme a problemas”, asegura el seleccionado, quien dice que aunque era peligroso donde vivía, ahí fue donde formó su carácter fuerte.

Desde los 5 años salía con los amigos a los callejones y a la playa para jugar, pero era su padre, quien le enseñaba cómo pegarle al balón, porque, aunque él no llegó a ser profesional, esperaba que su hijo sí lo consiguiera y así fue.

Su primer equipo fue el Millennial Fútbol de Segunda División en Panamá, pero un año después llegó a Plaza Amador, con el que debutó en la liga mayor con 17 años. Así comenzó una carrera que lo ha llevado a diferentes equipos como el Sporting de San Miguelito y el CAI, de la liga local.

Después llegó la oportunidad de jugar con Dorados de Sinaloa en México, en donde también tuvo que acostumbrarse a salir con cuidado por ser una ciudad peligrosa. “Recuerdo que pasé un Año Nuevo en México y en lugar de cohetillos tiraban balas. Era una locura”, rememora.

La carrera de Browne ha sido cada día mejor. Después firmó como el Montreal Impact, equipo con el que asegura jugó a uno de los mejores niveles y con el que disfrutó de la tranquilidad de Canadá.

Pero todavía faltaba que jugara en Costa Rica con el San Carlos y estuviera aún más lejos al llegar a Israel, en donde coincidió con su compatriota Armando Cooper y él le ayudaba para poder comunicarse.

Un momento duro

A su regreso a Panamá llegó el contrato con el Forge FC, pero tuvo que enfrentar un momento duro, pues una lesión de meniscos lo alejó cinco meses de las canchas. Se logró recuperar y después de esperar varios meses por la visa de trabajo, tuvo que entrenarse solo.

“Todo eso me atormentaba, porque solo entrenar no me ayudaría a mostrar que podía pelear por un puesto. Gracias a Dios siempre tuve el apoyo de mi padre y mi novia”, dice el panameño.

Hace más de dos meses llegó a la ciudad de Hamilton en donde asegura disfruta cada día. El equipo lo acogió bien y considera que la liga canadiense cada vez tiene un mejor nivel en la Concacaf. Sin embargo, estar lejos de la familia, el idioma y el clima a veces ha hecho que le cueste adaptarse, pero eso lo ve como un nuevo reto. “Uno siempre se va acostumbrando para poder hacer bien el trabajo”, indica.

El llamado a la Selección

Browne debutó con la Selección panameña con el entrenador, en ese momento, Hernán Darío Gómez y estaba a la espera de poder formar parte del actual grupo, sin embargo, por la lesión de meniscos no pudo jugar la Copa Oro, pero llegaría el llamado para la actual eliminatoria.

“Cuando me llamaron de la Federación corrí por toda la casa, no dejaba de gritar de la emoción, porque uno desea estar presente en este momento, de poder disfrutar todo lo que está pasando”, cuenta Omar, quien reitera que todo esto es gracias al apoyo de su padre y su novia, Minolka Baker.

La última jornada clasificatoria de la Concacaf a la Copa del Mundo se jugó la semana pasada y Omar tuvo acción unos minutos. Ahora está de regreso en Hamilton para preparar el partido de ida frente a los hondureños, en donde espera volver al marcar en el torneo en el que cada vez se identifica más.